El déficit de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina, la noradrenalina y el GABA están asociados con la aparición de la depresión. Como aseguran muchos estudios, los aminoácidos triptófano, tirosina, fenilalanina y metionina son útiles tratando trastornos del estado de ánimo como la depresión.
El triptófano, un precursor de la serotonina, puede inducir el sueño y disminuir la ansiedad. La tirosina y su precursor, la fenilalanina, se convierten en dopamina y noradrenalina por lo que aumentan el nivel de atención y de energía.
Los déficits nutricionales más comunes observados en pacientes con trastornos mentales son aminoácidos (que son los precursores de los neurotransmisores), ácidos grasos omega 3, vitaminas del grupo B y minerales.
Las proteínas están hechas de aminoácidos. De los 20 aminoácidos existentes, 12 son producidos por el propio organismo mientras que los 8 restantes (aminoácidos esenciales) tienen que ser administrados con la dieta. Una dieta con proteínas de alta calidad incluiría carne, productos lácteos y huevos. Si no hay suficiente ingesta de los aminoácidos triptófano y tirosina , no habrá suficiente producción de serotonina y dopamina, lo que está asociado a trastornos del estado de ánimo como la depresión.
La materia gris está compuesta apróximadamente al 50 % por ácidos grasos de naturaleza poliinsaturada (de los cuales apróximadamente el 33% pertenecen a la familia dos ácidos grasos omega 3). La ingesta de ácidos grasos omega 3 tiene un papel importante en la prevención de la depresión.
Las vitaminas del grupo B como la B2 y la B6 (además de la B1 en mujeres) son capaces de inducir un aumento del estado de ánimo. Múltiples estudios clínicos han demostrado que la vitamina B12 retrasa el inicio de la sintomatología prodromática de la demencia. Los suplementos con vitamina B12 mejoran la función cognitiva en los ancianos. Se ha observado que los pacientes con depresión tienen una concentracion de ácido fólico de media 25% inferior a la población general. Asimismo, los niveles bajos de ácido fólico se han identificado como un factor que predispone a una respuesta insuficiente al tratamiento antidepresivo.
Se han encontrado déficit de hierro en niños con TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Está demostrado que el déficit de hierro puede provocar fatiga, apatía y depresión, especialmente en mujeres en edad fértil. Se ha asociado una ingesta baja de selenio a un estado de ánimo bajo y se ha demostrado que el selenio mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Se ha demostrado que las concentraciones de Zinc son más bajas en las personas que padecen de depresión. Además la administración de Zinc puede aumentar la eficacia del tratamiento antidepresivo.
Se ha demostrado que la ingesta de hidratos de carbono influyen en el estado de ánimo y en la conducta. Cuando ingerimos una comida rica en hidratos de carbono, se desencadena la liberación de insulina. La insulina permite que la glucosa entre en las células donde se usa para proporcionar energía y a la vez permite la entrada de triptófano al cerebro. Las dietas pobres en hidratos de carbono pueden llevar a la aparición de la sintomatología depresiva ya que la producción de triptófano y serotonina son las causantes de la sensación de bienestar. Los alimentos con bajo nivel de índice glucémico (IG) como frutas, verduras y cereales integrales proporcionan un efecto duradero en el estado de ánimo y en el nivel de energía mientras que los alimentos con alto IG (principalmente dulces) proporcionan un efecto temporal.
Comments
Leave your comment