El perfeccionismo

Las características que mejor definen a alguien con tendencia a buscar la perfección de forma patológica son las siguientes:

. Excesivo autocontrol de lo que sientes y haces.
Evalúas una y otra vez tus sentimientos y conductas y no te permites expresar tus emociones de forma espontánea.

. Rigidez e inseguridad en la toma de decisiones.
Has de estar seguro de que escoges la  mejor de las opciones, por lo que decidir te suele llevar mucho tiempo y energía. No te permites fallar. Una vez que eliges una opción te resulta imposible contemplar la posibilidad de cambiarla.

. Pensamiento dicotómico.
Piensas en términos de todo o nada. En tu mente las cosas son buenas o malas, perfectas o imperfectas.

. Alto sentido del deber y la disciplina.
Sueles planear todos y cada uno de los pasos que hay que dar cuando te marcas un objetivo, esforzándote lo máximo posible  e invirtiendo mucho tiempo.
Eres un gran trabajador que te esfuerzas hasta la extenuación por la recompensa del trabajo bien hecho.

. Incapacidad para delegar o pedir ayuda.
Te sientes incapaz de delegar en terceros tareas de tu competencia o pedir ayuda, porque en realidad piensas que sólo tú haces las cosas como realmente hay que hacerlas.
Esto te hace alcanzar altos niveles de estrés y ansiedad, queriendo acaparar las tareas más arduas y complejas, cueste lo que cueste.


¿Cómo combatir el perfeccionismo?

. Dándonos permiso para ser humanos y actuar como tal, es decir, aceptando que cuando iniciamos cualquier tarea o proyecto podemos cometer errores. Las equivocaciones no disminuyen nuestra valía ni son un impedimento para seguir adelante, son simplemente una fuente de aprendizaje.

. Aprendiendo a aceptar nuestro errores pues en muchas ocasiones nos torturamos con las equivocaciones que hemos cometido y éstas nos transmiten miedo a errar otra vez, paralizándonos.

. Tomar los ideales como metas que guían en el camino, no como resultados rígidos que deben obtenerse a toda costa.

. Siendo realistas.

. Siendo indulgentes, generalmente las personas que buscan la perfección son sus más acérrimos críticos. Hay que estar satisfecho con nosotros mismos cuando hicimos lo mejor que pudimos con nuestros conocimientos, capacidades y recursos.

. Aprendiendo a autoaceptarnos tal como somos. Cuando aceptamos nuestras debilidades y nuestras fortalezas crecemos como personas.

. Celebrando nuestros logros, por muy pequeños que sean, con un sentido de orgullo. Felicitarnos por una etapa cumplida nos da nuevas energías para continuar el camino.