El acoso psicológico en el trabajo

EL ACOSO EN EL TRABAJO REPRESENTA UN ACÚMULO DE ACONTECIMIENTOS VITALES ESTRESANTES QUE TIENEN REPERCUSIONES CLÍNICAS IMPORTANTES, DESDE EL PUNTO DE VISTA PSIQUIÁTRICO.

En el desarrollo del SÍNDROME DE ESTRÉS POR ACOSO PSICOLÓGICO EN EL TRABAJO se suceden las siguientes fases:

- AUTOAFIRMACIÓN: El acosado se esfuerza por demostrar su competencia, capacidad y valía. En esta etapa las manifestaciones clínicas se limitan a cierta inquietud y ansiedad además de alteraciones del sueño.

- DESCONCIERTO: El acosado no comprende lo que sucede. Duda de sus propias percepciones e interpretaciones del conflicto. Su humor se vuelve variable, oscilando desde la timidez e inseguridad hasta la inquietud y agitación. Puede experimentar sentimientos de desconfianza e ideación autoreferencial susceptibles de desembocar en manifestaciones de paranoia reactiva.

- ESTADIO DEPRESIVO: Provocado por la pérdida de confianza en sí mismo, la erosión de la autoestima y la falta de apoyo social. Disminuye la capacidad para realizar sus actividades laborales y para establecer relaciones interpersonales.

- ESTRÉS TRAUMÁTICO: En esta fases se observan dificultades en la concentración, atención y memoria; sueños recurrentes; rememoraciones obsesivas; temor al lugar de trabajo y conductas de evitación del entorno laboral.

- ESTABILIZACIÓN: Después de un cierto tiempo durante el cual hay un deterioro personal y son frecuentes los conflictos familiares, el cuadro clínico tiende a estabilizarse.

En éste tipo de acoso, se observan los siguientes TIPOS DE EVOLUCIÓN crónica:

- Negación: El afectado asume que " no pasa nada y la vida es así".
- Depresivo: Como una depresión mayor. 
- Hostil-paranoide: Con predominio de rasgos de hipersensibilidad y vengatividad.
- Psicosomático: Con predominio de trastornos funcionales principalmente de tipo muscular, articular, digestivo o cardiovascular.
- Mixto: Presencia de todo tipo de sintomatología sin predominio claro.

El acoso psicológico en el trabajo produce un cuadro clínico psiquiátrico y somático de instauración progresiva y tendencia hacia la evolución crónica que puede llegar a ser muy incapacitante.

Con frecuencia es necesario combinar el tratamiento psicoterapéutico con el psicofarmacológico.