La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor músculoesquelético generalizado, con una exagerada hipersensibilidad en múltiples áreas corporales y puntos predefinidos, sin alteraciones orgánicas demostrables.
La fibromialgia afecta aproximadamente entre un 2-5% de la población. Afecta a las mujeres 10 veces más que a los hombres. Se observa mayoritariamente entre los 20 y los 50 años de edad, aunque existen niños y ancianos aquejados de esta enfermedad.
Las personas con artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes tienden particularmente a desarrollar fibromialgia.
La fibromialgia puede considerarse como un trastorno neurosensorial caracterizado en parte por anomalías en el procesamiento del dolor por el sistema nervioso central.
La anomalía bioquímica más ampliamente reconocida que se ha asociado a la fibromialgia son las concentraciones de serotonina anormalmente bajas. Muchos estudios han vinculado al neurotransmisor serotonina con trastornos del sueño, de la percepción del dolor, cefaleas y trastornos afectivos. En pacientes con fibromialgia se han observado concentraciones de serotonina inferiores a las normales.
La preponderancia de la evidencia actual no respalda el traumatismo físico como un factor causal importante en la patogenia de la fibromialgia.
Los cambios en el estilo de vida, como la actividad física con regularidad, y los medicamentos adecuados pueden ayudar al individuo a lograr una mejoría significativa.
La combinación de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (pej Fluoxetina) con antidepresivos tricíclicos (pej Amitriptilina) aumenta los beneficios de cada fármaco, logrando una mejor respuesta que cada uno por sí solo. Los antidepresivos duales como la Venlafaxina y la Duloxetina son también utilizados en el tratamiento de la fibromialgia.

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