TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)

El TDAH es una enfermedad frecuente, especialmente en los niños. Los adolescentes y los adultos también pueden tener TDAH.

Hay una evidencia clara de que el TDAH tiene unos fundamentos biológicos, además de importantes influencias ambientales que afectan a su presentación y al curso de la enfermedad.

Los síntomas centrales de inatención, impulsividad e hiperactividad suelen dar lugar a un mal rendimiento académico o laboral, además de dificultades de relación y baja autoestima.

La hiperactividad y la impulsividad suelen remitir en la vida adulta, aunque los síntomas de inatención tienden a persistir.

Los niños que tienen TDAH pueden:

- Distraerse fácilmente y olvidarse las cosas con frecuencia.

- Cambiar rápidamente de una actividad a otra.

- Tener problemas para seguir instrucciones.

- Soñar despiertos/fantasear demasiado.

- Tener problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos.

- Perder juguetes, libros y útiles escolares con frecuencia.

- Estar muy inquietos y retorcerse mucho.

- Hablar sin parar e interrumpir a las personas.

- Corretear mucho.

- Tocar y jugar con todo lo que ven.

- Ser muy impacientes.

- Decir comentarios inadecuados.

- Tener problemas para controlar sus emociones.

Los niños con TDAH tienen al menos seis síntomas que comienzan en los primeros seis años de sus vidas.

Muchos adultos tienen TDAH y no lo saben. El TDAH puede dificultar a los adultos a conservar un empleo, pues les cuesta organizarse o llegar al trabajo a tiempo. Los adultos que tienen TDAH pueden tener problemas en sus relaciones personales. Para los adultos descubrir que tienen TDAH puede ser un gran alivio.

TRATAMIENTO

Hay tres tipos básicos de tratamientos: Medicación, psicoterapia y combinación de ambos.

MEDICAMENTOS

Los psicoestimulantes son el principal tratamiento psicofarmacológico del TDAH.

Los psicoestimulantes reducen los síntomas del TDAH incluyendo la inatención, la impulsividad y la hiperactividad. Además mejoran las interacciones padre-hijo y la capacidad de centrarse en sus tareas . Los psicoestimulantes mejoran la memoria a corto plazo, el tiempo de reacción, el cálculo matemático, la resolución de problemas y el mantenimiento de la atención. (American Academy of Child and Adolescent Psychiatry).

El mecanismo de acción de los psicoestimulantes es el aumento de la actividad dopaminérgica y adrenérgica en el sistema nervioso central.

Los psicoestimulantes no causan adicción y de hecho los niños con TDAH tratados con psicoestimulantes tienen menos probabilidad de desarrollar abuso de sustancias en el futuro que los niños con TDAH no tratados con psicoestimulantes.

PSICOTERAPIA

El tratamiento psicológico del TDAH tiene como objetivo ayudar a los pacientes y a las familias a manejar los síntomas del trastorno y el impacto que éstos puedan tener en su vida diaria.

Las dos terapias que han demostrado evidencia científica para el TDAH son la terapia conductual y la cognitiva.

La terapia conductual analiza la conducta e identifica los factores que hacen que la conducta sea inadecuada. Se determinan las conductas que se desea cambiar y se establecen unos objetivos. A partir de ahí se organiza una plan para ir modificando el comportamiento que se quiere eliminar.

La cognición está compuesta de procesos como el aprendizaje, la atención, la memoria, la toma de decisiones...

La terapia cognitiva lo que pretende es identificar cuáles de estos procesos están creando problemas y trabaja para cambiarlos por otros más adecuados.